Para mantenerse constante yendo al gimnasio,
hay algunos trucos a los que recurrimos:
- Saber bien por qué uno va a al gimnasio.
- Recordarse a diario por qué uno va al gimnasio.
- Ser constante: plantearse ir todos los días, o de Lunes a Jueves, o algún horario regular, y cumplirlo. Y si un día no queremos ir, ir al día siguiente o disminuir planificadamente la frecuencia, pero no mentirse a uno mismo.
- Pegar el horario de clases dirigidas por todas partes de la casa y en el trabajo.
- Alardear que uno está yendo al gimnasio. Contarle a los amigos, a los compañeros, a la familia, a todo el mundo, para que si un día nos flaquea la voluntad, la presión social nos de la fuerza que falta.
- Disfrutar de las metas conseguidas, de los pequeños cambios corporales que van ocurriendo cuando uno es constante, y disfrutar el saberse responsable con el cuerpo de uno mismo.
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